El gobierno a través de diversos funcionarios, y valiendose de los medios de comunicación serviles a sus intereses, se ha encargado de desligitimar la lucha del pueblo Mapuche, con declaraciones tales como:
"hacemos un llamado a la tranquilidad y a la plena confianza en nuestras instituciones" Patricio Rosende. Subsecretario del Interior. (El Mercurio, jueves 13 de agosto, 2009)
Viera Gallo habla del "éxito" de las políticas indígenas y que "grupos extremistas ven que se les acaban sus banderas" de lucha, "¿Cuál eran sus banderas? que se aprobara el convenio 169; ya está hecho. ¿Qué se reconocieran los pueblos indígenas en la constitución? Esperamos poderlo terminar, lo votó unánimamente el senado, y así leyes, programas, etc. En momentos muy difíciles, el gobierno se mantiene por los cauces del diálogo, del entendimiento y no de la violencia" (La Segunda, viernes 14 de agosto, 2009)
Al leer en estos medios de comunicación en ninguna parte encuentro las causas, el por qué de esta lucha, tan solo los considerados actos "delictivos" como son las tomas de terreno, quemas de camiones... que tienen una explicación, que responden a siglos de injusticias, y que con la "vuelta a la democracia" aún han seguido ocurriendo, tales como la aplicación de la ley antiterrorista, el asesinato impune de comuneros Mapuche como Alex Lemun y Matias Catrileo, la ocupación de tierras ancestrales para la construcción de represas, la construcción de vertederos en sus comunidades y un largo etc... que siempre favorece a los intereses del mercado en vez de los reales intereses de las comunidades Mapuche.
No creo en este sistema de gobierno, pero para solucionar esta guerra desigual, hay que partir reconociendo las reales causas del conflicto, no se trata de aprobar leyes ni aumentar los recursos o diseñar "politicas", el gobierno tal como afirma Ricardo Candia "ha reducido el conflicto de la región Mapuche a un problema de competencia sólo de las policías, respecto del que basta la aplicación rigurosa de las leyes de la dictadura y la descalificación del Mapuche, haciéndolos aparecer como ladrones, delincuentes y bandidos que desconocen el orden y la propiedad privada. Los gobiernos de la concertación, rendidos al poder del gran empresariado, la iglesia y los militares, hacen esfuerzos por pacificar esa zona caliente. Desconocen que la exigencia Mapuche no tiene que ver con metros cuadrados, sino que con el respeto a una nación que existe desde antes que se construyera la moneda y que tiene derechos que se reconocen por la comunidad internacional en distintos convenios y declaraciones de organismos multinacionales" (Punto Final, edición del 7 al 20 de agosto, 2009), entonces se trata de una batalla por un reconocimiento real, que las comunidades Mapuche sean autónomas (llevan más tiempo akí que el e$tado $hileno), para que puedan organizarse libremente y tomar sus propias decisiones como pueblo.
Obviamente que para el gobierno, y los intereses económicos de la derecha y del empresariado, les conviene transformar a la luz pública la lucha del pueblo Mapuche para reivindicar sus derechos de autonomía, tan sólo como una lucha por un par de tierras y que son solo algunas las comunidades conflictivas, pero el trasfondo es de larga data y corresponde a los intereses económicos en los territorios de las comunidades Mapuche, tal como lo afirma Gabriel Salazar en una entrevista a Punto Final, "Hay una etapa de la ocupación de la Araucanía que duró casi cien años, y que fue una ocupación esencialmente económica. Se construyeron ferrocarriles, se organizó el terreno en fundos que desde el principio tuvieron un carácter capitalista, los que fueron manejados como sociedades anónimas desde Santiago, incluso con incorporación de compañias extranjeras. Fue una ocupación capitalista del territorio de la Araucanía acompañada por una muy fuerte presencia militar, con construcción de escuelas, con la instalación de la base del estado. Fue una ocupación sistemática muy necesitada, por el hecho que Chile necesitaba expandir su frontera agrícola porque estaba perdiendo el control de sus exportaciones agrícolas. La ocupación era muy importante para ensanchar el territorio cerealero; eso determinó que la ocupación fuera muy larga y sistemática" (Punto Final, edición del 7 al 20 de agosto, 2009), actualmente los territorios de las comunidades en conflicto siguen siendo por recursos naturales, principalmente hídiricos y forestales.
El trasfondo es que todas estas intervenciones en territorio Mapuche son sin el consentimiento de las comunidades, además que no les trae ningún beneficio salvo algunos empleos precarios, desconociendo en nombre del mercado y con el respaldo del e$tado $hileno la plena autonomía del pueblo Mapuche, su cultura, su cosmovisión, homogeneizando así esta larga franja de tierra con el nombre de CHILE....
